Cuando llega diciembre suelo recordar una escena de mis años como corredor aficionado. Era la última carrera del año. El ambiente estaba cargado de aroma a navidad, muchos runners iban más por la foto que por el tiempo y la ruta estaba llena de distracciones. Yo había entrenado con disciplina, pero al escuchar la música, ver a la gente y sentir ese aire festivo, me dejé llevar. Apreté el paso en el kilómetro dos y me quedé sin energía en el ocho. Terminé la carrera, sí, pero no como quería.
Diciembre tiene una energía especial dentro y fuera de los mercados. Es un mes que parece resonar por fuera, pero que por dentro se vuelve silencioso. Un mes donde los traders institucionales desaparecen por vacaciones, los fondos “rebalancean” posiciones, los volúmenes se reducen y cualquier movimiento fuera de lo común puede ser más brusco que en otros momentos. Por eso, si no te preparas, diciembre puede ser como esa carrera donde arrancas con euforia y terminas sin aire.
Hoy quiero darte una guía clara para que no caigas en esa trampa. Quiero que aproveches diciembre a tu favor y no termines tu año con tropiezos.
El escenario real de diciembre
Imagina un partido de tenis en el que tu rival empieza a jugar más conservador porque está cuidando el marcador. Ya no fuerza los tiros, evita riesgos, deja que tú seas quien busque los puntos difíciles. Los mercados en diciembre son exactamente así.
Con menos participantes activos, la bola cruza la red, pero a otra velocidad. Lo que antes se movía con fluidez se vuelve irregular. Los movimientos bruscos que ves no siempre son señales fiables. A veces son solo el equivalente a una pelota mal colocada por un jugador cansado, no a una estrategia deliberada.
Si no entiendes el contexto del mercado, confundes ruido con oportunidad. Y el ruido en diciembre puede ser peligroso.
En mis primeros años como trader yo no entendía por qué mis análisis fallaban justo al final del año. Me frustraba. Después encontré en un libro de Brett Steenbarger algo que cambió mi perspectiva. Steenbarger explica que los momentos de bajo volumen alteran la estructura emocional del trader porque las expectativas no se cumplen con la misma velocidad ni claridad.
En otras palabras, en diciembre no solo cambia el mercado. Cambias tú.
Por eso diciembre se debe operar bajo otras reglas. No es un mes para buscar la “gran jugada”. Es un mes para mantener la disciplina, proteger tu capital y entrenar tu mente para lo que viene.
Mis recomendaciones para que diciembre juegue a tu favor
1. Reduce tus expectativas, no tu criterio
Si normalmente operas varios activos de manera consistente, mantén esos mismos activos, pero reduce la velocidad con la que esperas que se ejecuten tu operaciones. Diciembre no es el mes para forzar entradas. Es el mes para afinar la paciencia.
2. Filtra solo lo claro
Operar en bajo volumen de mercado es como leer un libro con muy poca luz. No insistas en interpretar lo que no se ve. Si la entrada no es clara, no existe. Tus mejores decisiones vendrán de la simplicidad.
3. Ajusta el tamaño de tus posiciones
Piensa como un ingeniero que calibra una máquina para un ambiente distinto. El sistema es el mismo, pero las cargas cambian. Reduce el tamaño de tus posiciones para protegerte de movimientos erráticos.
4. Toma solo los días que valen la pena
La semana de Navidad y la última semana del año suelen ser las de menor volumen. Si puedes evitar operar, hazlo. Aprovecha para evaluar tu año, ajustar tu plan y preparar tu mentalidad para enero.
5. Aprende de los que ya corrieron la carrera
En deporte, el que escucha a su entrenador llega más lejos. En trading pasa igual. Mis estudiantes que respetan diciembre llegan a enero con más claridad, menos presión y cuentas intactas.
6. Fortalece tu rutina mental
Diciembre es perfecto para reforzar hábitos. Lectura, backtesting, análisis, meditación, repaso de errores. Todo suma. Cada minuto que inviertes fuera del gráfico te devuelve horas de calidad cuando el mercado retoma su ritmo.
Tu mejor diciembre está por empezar
Si algo he aprendido como trader, como empresario y como deportista, es que el final del año no define tu destino. Lo define la forma en que lo cierras. Diciembre puede ser tu mes más valioso si entiendes que no estás compitiendo con el mercado, sino contigo.
Es un mes donde ganas si sabes frenar, no si aceleras sin medir. Donde creces si entrenas tu paciencia, no si buscas adrenalina.
Recuerda que el trading no es una carrera de velocidad. Es un maratón que exige cabeza fría, constancia y una visión clara de tu futuro financiero. Y tú tienes esa visión. La sientes cada vez que imaginas la libertad que deseas para ti y para tu familia.
Espero que este artículo te haya sido útil e interesante. Si quieres saber más sobre el mundo del trading y cómo puedo ayudarte a convertirte en un trader exitoso, te invito a unirte a mi blog, dejarme tus comentarios y a tomar mi mentoría personalizada. Estaré encantado de llevarte a ser rentable en el trading.
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